En el mundo en el que vivimos, con una sociedad que nunca para, y que, además, parece disfrutar del estrés, nunca viene mal un pequeño descanso. Parar, detenerse y cambiar las pilas. Sin embargo, es difícil que una persona se dé cuenta por sí sola de que necesita un respiro. Por eso, una de las columnas vertebrales de los negocios de relajación proviene del negocio del regalo. Es más fácil regalar una estancia en un spa, unos días en un balneario en pareja, o cualquier regalo que tenga que ver con el relax y el esparcimiento, que comprarlo para uno. En esta entrada os hablaremos de los beneficios que pueden tener estos tratamientos.