En el sexo existen gustos y preferencias de todo tipo, igual que en el resto de las cosas. Pero, por regla general, la excesiva falta de higiene no resulta atractiva. No por otra razón, la reacción de la gente cuando otras personas huelen a no haberse lavado no suele ser positiva. Independientemente de esta cuestión, que creo que esconde una clara razón de peso, una buena y completa higiene sexual puede favorecer enormemente el desarrollo del propio coito.
Cuando los árabes conquistaron la Península Ibérica se implantó la cultura del agua en España y, desde ese momento, el lavado personal se ha ido arraigando de forma progresiva en el día a día de nuestra sociedad. Si bien es cierto que en algún momento de la historia lleno de cosas malas como la Edad Media de reinados católicos no contribuyó a ello, hoy estamos todos más que concienciados con no desprender olores corporales allá por donde andamos.
Ya en la sociedad actual cabe enfatizar en el que los genitales han de estar lavados antes y después del coito. Por ejemplo, las mujeres cuentan con la posibilidad de hacer uso de esponjas vaginales, que se pueden encontrar en tiendas online como Comercial Apra.
Para asegurarnos una mayor tranquilidad con enfermedades y problemas de transmisión sexual, además de los indispensables preservativos, no está de más contar con sábanas desechables si se cree que el acto conlleva alto riesgo.
Por otro lado, si vuestra pareja es estable, este tema puede relajarse hasta los niveles que ambos consideréis pero yo, personalmente, no recomiendo rebajarlos demasiado. Ya no por vuestro bien sino por el de los que os rodean.