Calabazas con ojos y boca entre las frutas y hortalizas del hipermercado, telas de araña en las puertas de los todo a cien, surtidos especiales de dentaduras y murciélagos en las tiendas de golosinas… Se te está olvidando algo, sí: ¡Ya ha llegado la noche de Halloween!
La fiesta americana, a veces criticada precisamente por su procedencia y la continua americanización en la que seguimos inmersos, se basa en el terror pero suele acabar en humor. Es una fiesta.
La naturaleza de este post, oscura y temática, versa en la intención de dar ideas para la noche más terrorífica del año. Tus necesidades variarán según tu edad, tu economía, si hay niños en la fiesta o si los vecinos son unos plastas, pero hay varios trucos y recomendaciones universales que sirven para que todos sangremos por la boca y nos rodeemos de gutural sounds sin dejar de divertirnos.
El primer paso es la decoración, pero hay muchos aspectos a tener en cuenta:
-Las telas de araña que ves en las puertas del todo a cien quedan genial, haya niños o no. Esas cosas no dan miedo pero ambientan estupendamente.
-Para tener un macabro detalle con tus invitados, puedes recubrir las paredes de lápidas personalizadas. El clásico R.I.P. (todo en american english, please) debajo del nombre y una frase característica del agraciado provocarán sus carcajadas y dejarán claro que te has acordado de algo especial de esa persona. Son fáciles de crear: plástico negro, rotulador blanco y unas tijeras.
-Sangre. Aquí se nos presentan dos variantes:
-La del todo a cien, que te servirá para esparcirla por los muebles de la casa (con un plastiquito transparente debajo, por el bien de tu hogar). Aderezada con cuchillas, herramientas y otras armas blancas, darán un toque sádico al entorno. Si entre los invitados se encuentran niños o psicópatas, en el todo a cien probablemente vendan artículos que no matan.
-La de la boca. Los vampiros están de moda y, aún sin estarlo, siempre hay alguien con ese disfraz entre los reunidos. Por ello y porque es noche de saborear la oscura muerte, la bebida ha de ser roja. Bloody mary, ponche, zumo de tomate… Nada de agua o gin tonics. Y si lleva desagradables tropezones como cerebros, murciélagos o dientes de golosina, mejor.
-Música horrorizante. Si lo tuyo es el pop y las cuatro canciones de moda, inserta de vez en cuando BSOs de películas de miedo, grabaciones de gritos o cadenas arrastrándose y algo de Marilyn Manson. Si hay niños o gente fácilmente impactante, Lady Gaga tiene un remix de ‘Lovegame’ firmado por Marilyn Manson y Bombomchip una canción dedicada a Miércoles de la Familia Adams. En el caso de que tu entorno esté familiarizado con temas satánicos y el death metal sea vuestra pasión, pincha entre medias lo mismo que si hay niños y el horror habrá llegado.
-La indumentaria es esencial para que funcione la fiesta como es debido. Nada de indios, vaqueros, bomberos, ratitas presumidas o enfermeras sexis. A no ser que se trate de indios muertos, vaqueros asesinos, bomberos derretidos, ratas de alcantarilla y enfermeras muertas sexis. Entonces, vía libre.
No es difícil celebrar una fiesta de Halloween que deje a los asistentes satisfechos si se siguen los anteriores pasos. Si, además, el evento tiene lugar en un antiguo castillo frío, abandonado y con fantasmas, tienes ganado el infierno. Y eres rico, vaya.